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Caminata por la verdad, justicia y paz
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Pronunciamientos

Caminata por la verdad, justicia y paz

  |   Comunicados, Pronunciamientos   |   4 Comments

Mordemos la sombra/ […]/ Los muertos tienen manos/ Empapadas de angustia/ y gestos inclinados/ En el sudario del viento/ Los muertos llevan consigo/ Un dolor insaciable/ Esto es el país de las fosas/ Señoras y señores/ Este es el país de los aullidos/ Este es el país de los niños en llamas/ Este es el país de las mujeres martirizadas/ Este es el país que ayer apenas existía/ Y ahora no se sabe dónde quedó.

David Huerta

 

Como lo anuncié en mi “Tercera carta abierta a Andrés Manuel López Orador”, saldré a caminar como un deber ético frente al dolor y la muerte que no cesa, que crece, que amenaza con destruir todo. Lo haré el 23 de enero al lado de las víctimas y junto con todos y todas aquellas que quieran acompañarnos a Palacio Nacional, a la casa del presidente, a la casa de todos.

 

Cuando anuncié esta nueva caminata, este andar, este peregrinar, el Presidente tuvo palabras desafortunadas de desprecio y de inquietud. “Qué flojera”, dijo, “Imagínense que voy a estar esperando aquí y la prensa conservadora, fifí, y, nuestros adversarios, dándose vuelo… yo haciéndole el caldo gordo a los conservadores ¡El gran encuentro! ¿Cuántos días de notas en la prensa fifí, sobre la marcha y el encuentro para que me sienten en el banquillo de los acusados y todo México se dé cuenta ¡Qué barbaridad! Vilipendiado el presidente, hasta que alguien le dijo sus verdades”.

 

Espero que en estos días y los que seguirán durante nuestro andar, el Presidente haya tenido tiempo de sopesar sus palabras y escuchar en el silencio de su corazón el sentido de la que llevamos con nosotros y que se expresó en esa carta.

 

Las fiestas que acabamos de vivir son misterios, momentos de detención que nos llaman a reflexionar y a meditar. Por eso decidimos caminar después de ellas. En medio del ruido con el que cerró el año era necesario ese silencio y esa detención para hacer entender lo que llevamos con nosotros. No se trata de mi persona, que quizá no le simpatiza al presidente ni a otros. Tampoco de que con nuestra presencia y nuestra palabra queramos o busquemos sentarlo “en el banquillo de los acusados”, “hacerle el caldo gordo a los conservadores” –cuando se trata de la salud de la casa llamada México no hay “fifís” ni “chairos”, no “hay conservadores” ni “liberales”, hay sólo una gran familia que sufre y clama desde su sufrimiento-; no buscamos tampoco “sentarlo en el banquillo de los acusados”, vilipendiarlo, “decirle sus verdades”. Nada de ello hay en las palabras que le dirigí en esa carta ni en nuestro corazón.

 

Se trata, por el contrario, de llamarlo a retomar  la agenda  sobre verdad,  justica y paz, agenda de Justicia Transicional, que el 14 de septiembre de 2018 asumió en este mismo recinto de cara a las víctimas y a la nación como la agenda prioritaria del país, para que a partir de ella llame a la unidad nacional, una agenda que, pese a todo y por desgracia, no ha sido atendida en su integralidad por la Secretaría de Gobernación ni, en consecuencia, por el presidente.

 

Recientemente, el 6 de enero de 2020, en vísperas de nuestro caminar, el Presidente, durante su conferencia de la mañana y a instancias de la pregunta de una periodista sobre la agenda de Justicia Transicional, sin saber qué responder, remitió la respuesta a la conferencia que ese mismo día, a las 12 horas, darían la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el Subsecretario de Derechos Humanos de esa misma Secretaría, Alejandro Encinas y la Comisionada de Búsqueda de Desaparecidos, Karla Quintana.

 

Escuchamos con mucha atención sus palabras.

 

Sin negar los avances que la Comisión Nacional de Búsqueda ha realizado en relación con las cifras de personas desaparecidas y personas encontradas; sin negar las reformas que se pretenden hacer a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, queremos señalar que, pese a lo dicho por la Secretaria Sánchez Cordero, esos avances  no conforman una agenda integral de Justicia Transicional

 

Como lo han señalado Jacobo Dayán, Edgardo Buscaglia, Ricardo Raphael, Sergio Aguayo, Santiago Corcuera, Maruán Soto y muchos otros, la verdad que la Justicia Transicional busca, tiene que ver con la puesta en evidencia de las redes de macrocriminalidad en la que participan criminales, políticos y empresas. De ello nada hay y nada se dijo en la conferencia de prensa referida. Nada de una gran Comisión de la Verdad ni de un Mecanismo Extraordinario de Justicia. Lejos de esa verdad, que pide la Justicia Transicional, el gobierno pretende reducirla a verdades aisladas que dejan de lado las redes criminales que continúan produciendo horror y muerte.

 

Sin conocer las verdades sobre la violencia que nos azota, es decir, sin conocer a los responsables de esas redes criminales y sus violencias, no habrá nunca justicia en el pleno sentido de la palabra. Una verdad y una justicia parciales no son ni verdad ni justicia. La justicia Transicional o es integral o no es

 

Este equívoco por parte de gobernación y, en consecuencia de la presidencia,  este no haber entendido la agenda de Justicia Transicional que organizaciones, academia y expertos trabajaron con la Segob a finales de 2018 (llevaremos con nosotros esos documentos que gobernación no entendió y que el presidente parece desconocer), este haber colocado en su lugar una estrategia de seguridad ajena a una sólida política de Estado, ha costado, durante 2019, la vida a cerca de 40 mil personas, la desaparición de miles más que, si los datos del gobierno son reales, alcanza ya la cifra de 66 mil (siguen faltando datos de cerca de la mitad de las fiscalías y un número desconocido de cifra negra), de esos 66 mil desaparecidos reportados por la Segob, 5,184 pertenecen a 2019; ha costado también la espantosa masacre de la familia LeBarón y de muchas otras. La mayoría de esos crímenes, como el paradero de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, no han sido aún esclarecidos. Al igual que en las décadas de horror, de las que el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) es testigo, las grandes ausentes en este primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador siguen siendo la verdad y la justicia.

 

Pese a ello, el presidente nos pide paciencia –una año más–. Pero los ciudadanos, que desde hace años padecemos el horror y vemos cómo sus llamas consumen nuestra casa y destrozan a nuestras familias, que vemos que la política de seguridad del presidente ha dejado de lado la verdad y la justicia y tiene desorganizadas, cuestionadas y destejidas las instituciones que se crearon para ello (la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas –CEAV- la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas –CNB—, la CNDH y los programas sociales de la presidencia) decimos que ya no hay tiempo, que es necesario que el presidente vuelva a colocar la agenda de verdad, justicia y paz como la prioridad de la nación, construya a partir de ella una sólida política de Estado y llame a la unidad para que juntos, todos (víctimas, gobiernos –el llamado al presidente es también un llamado a los gobernadores y a los presidentes municipales de todo el país– organizaciones sociales, iglesias, partidos, universidades, sindicatos, empresas, medios de comunicación y ciudadanos—nos avoquemos a esa tarea. Sin verdad (lo que significa 1.- poner en claro qué y quiénes en el pasado y en el presente, usando las instituciones y las empresas se han puesto al servicio del horror; 2.- saber dónde están nuestros desaparecidos; 3.- detener los megaproyectos, fortalecer las autonomías de los pueblos indígenas y los municipios; 4.- Descubrir las redes de protección política) no habrá jamás justicia ni paz ni seguridad, mucho menos reconciliación ni la amnistía con la que sueña el presidente –sin verdad ni justicia la amnistía sólo puede ser solidaria de la impunidad y el crimen–; no habrá tampoco transformación, no habrá vida política. Lo que habrá es más violencia, más dolor, más olvido, más impunidad, más muerte y más fosas.

 

Esa tarea, como decimos, es labor de todas y todos. La reconstrucción de este país sólo será posible si pasa por el Estado y la sociedad. Pero es necesario que el presidente de México llame a esa unidad haciendo posible una política de Estado basada no en una verdad ni en una justicia selectivas como hasta ahora ha sucedido, sino nacional y profunda. Lo que requiere de mecanismos extraordinarios que permitan iluminar las verdades del horror en todo el país y hacer la justicia que las instituciones ordinarias, atravesadas por redes de complicidad con el crimen, no pueden llevar a cabo. Sólo con una verdad y una justicia del tamaño de la tragedia y la emergencia nacional que padecemos podremos, con la colaboración de todos, aspirar a la reconciliación y la paz.

 

Saldremos, como digo, el 23 de enero de la Ciudad de Cuernavaca, de la Paloma de la Paz, donde hace casi 9 años salimos también para darle voz y dignidad a las víctimas de este país.

 

A ella están invitadas todas y todos, con excepción de quienes buscan la polarización, la violencia, el odio o quienes tienen intereses ajenos a la paz. Tampoco están invitados los partidos políticos –ellos deben apoyar esa agenda en los recintos donde están nuestros representantes–. Pedimos, además:

 

    • Que quienes salgan con nosotros desde Cuernavaca, se encarguen de su propia logística. No tenemos, lamentablemente, manera de garantizar su hospedaje y alimentación. El 24 llegaremos al poblado de Coajomulco; el 25 a la Ciudad de México; para el domingo 26, a las 9 de la mañana, salir de  la Estela de Luz, –símbolo de la corrupción del gobierno de Calderón y resignificado por las placas que las victimas han colocado en su explanada—hacia Palacio Nacional. En el trayecto nos detendremos en cada uno de los antimonumentos, que víctimas del Estado y empresas han levantado como testigos de la verdad, la justicia y la paz que se les debe y se nos debe. Durante este caminar, que debería ser el de la nación entera que sale a las calles a rescatar su casa de quienes la destruyen, se les pide a quienes lo acompañen mantenerse sobre el acotamiento de la carretera, por seguridad de todos y para no interferir con la vida de otros; ya en la Ciudad de México, y por las mismas razones, sobre el carril de la derecha.
    • La responsabilidad de la seguridad de quienes caminemos de Cuernavaca a la CDMX, es responsabilidad de la federación y de los gobiernos de Morelos y de la CDMX. Cuídenos.

 

Aprovechamos también para solicitar, a la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y a las correspondientes al Estado de Morelos y de la Ciudad de México a que garanticen la seguridad de quienes vamos a ejercer nuestro derecho a la manifestación, mediante la caminata de Cuernavaca al Zócalo Capitalino. Pedimos la emisión de medidas precautorias dirigidas a las autoridades federales, de Morelos y de la Ciudad de México quienes deberán resguardar a cabalidad nuestros derechos a la integridad y libertad personales, así como a la libertad de opinión, expresión y circulación. Para que estas medidas sean totalmente eficaces dichas comisiones públicas de protección de los derechos humanos deberán enviar también visitadores que resguarden los derechos de los manifestantes durante todo el trayecto. 

 

Caminar, decía Thoreau, uno de los maestros de Gandhi, es una especie de cruzada que alguien predica en nuestro interior para que nos pongamos en marcha a rescatar la tierra de quienes la destruyen; es purificarse y purificar el camino; es darle su lugar a la palabra, cuyo significados a fuerza de horror, muerte y distorsiones, está oscurecido, es negarse a aceptar que la patria se convierta en el rastro o el campo concentracionario al que el crimen, el miedo, la división, la sordera, las balas, la impunidad, el odio y la mentira quieren reducirla, es hacer la paz y llamar a recobrar y encarnar el sentido que guardan las palabras verdad y justicia.

Javier Sicilia

4 Comments
  • Oscar Hernandez | Ene 11, 2020 at 3:57 am

    Espero me permitan acompañar denueva cuenta al señor Javier en la caminata, ojalá q está ves sea más contundente y firme solo el es capitán de este barco es el único q puede dirigirlo con sabiduría y limpieza

  • María Eugenia Ileana Hernández González | Ene 11, 2020 at 5:50 pm

    Felicidades y mi apoyo moral. tengo 85 años, no me es posible acompañarlos, pero mi granito de arena para difundir esto y mis oraciones por La Paz, la Justicia, la Verdad y el Amor a México y los mexicanos, me une, para construir (c/u desde sus barreras) UN MÉXICO MEJOR, DONDE REINE La PAZ, LA JUSTICIA Y LA HERMANDAD. DIOS NOS BENDIGA Y LA VIRGEN DE GUADALUPE NOS ACOMPAÑE.

  • CENTROAMERICANEWS.COM | Ene 20, 2020 at 6:55 pm

    AHORA SE MILITARIZA LA FRONTERA SUR Y LA NUEVA CARAVANA ROMPE LAS VAYAS EN FORMA ANGUSTIOSA VAN …ESTO SIGNIFICA QUE LA POLITICA HACIA CENTROAMERICA SIGUE FALLANDO…EL PRESIDENTE MEXICANO NO QUIERE ESCUCHAR A JAVIER SICILIA , PORQUE TIENE PISADA LA COLA POR MAGNATES Y EL GOBIERNO GRINGO… AHORA MAS QUE NUNCA LOS PASOS DE SICILIA Y LA CARAVANA SUENAN EN PALACIO NACIONAL …VAMOS PUES POETA…QUE HERMOSA MANERA DE HACER POLITICA….QUE EL ESPIRITU DE GANDHI OS ACOMPAÑE….S.C.

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